Nicolás Masserano
(columna de opinión)
(Foto de Getty images) [0]
Conveniencia, economía, mezclar peras con manzanas, etcétera. Esas han sido las palabras que han estado en boca del gobierno estas últimas semanas cuando se refieren al “Tratado de Escazú”.
El Tratado de Escazú consta de, como lo dice su primer artículo textualmente, “garantizar la implementación plena y efectiva en América Latina y el Caribe de los derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos ambientales, así como la creación y el fortalecimiento de las capacidades y la cooperación, contribuyendo a la protección del derecho de cada persona, de las generaciones presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible.
Ahora que ha sido explicado, podemos entrar a materias más críticas. Según el ministro Andrés Allamand y la ministra Carolina Schmidt este tratado no es conveniente para el país porque es ”un tratado que vulnera la legislación chilena y dota de incertidumbre al Estado y a intereses privados”, además de señalar que “mezcla temas de derechos humanos con medio ambiente”[2] ¿Que mezcla derechos humanos con el medio ambiente? claro que tiene que ver, para dar un ejemplo más conciso, tengo que mencionar dos lugares que son cruciales para entender por qué una cosa tiene que ver con la otra: Quintero y Puchuncaví, que son zonas de sacrificio debido a la alta contaminación medioambiental. Desde febrero, la probabilidad de contraer cáncer en los infantes se ha disparado, así mismo como las enfermedades respiratorias o problemas en la piel. Según un reportaje que se hizo en las zonas “el aire a menudo sabe a metal, en lugar de mar. Incluso la playa se ve más oscura de lo que debería ser: en lugar de conchas, la arena está llena de carbón derramado de los buques de carga entrantes".[3] Esto es porque estas ciudades son hogar de plantas de cemento, de gas natural, energía térmica y de energía de carbón. Es irónico cómo el mismo pronombre “zonas de sacrificio” las define perfectamente: se sacrifica la vida para impulsar la economía del país, pero ¿a qué costo? Claramente este es un hecho preocupante y altamente ilegal e irregularizado. Es algo que está tan dejado de lado, que incluso tuvieron que terminar el año escolar en algunos colegios durante el 2019 debido a la toxicidad presente en el aire.[4]
Por supuesto que lo es para el gobierno de turno. Es increíble que todos los argumentos utilizados se basen netamente en economía cuando los superricos en Chile han aumentado sus riquezas durante la pandemia, pero al parecer la ambición y la codicia le ganan a la vida y a la justicia una vez más.
No firmar este acuerdo es, literalmente, no velar por el bienestar del medioambiente y no solo eso, también es llevar al ser humano a la extinción. Todo el mundo sabe que se cometen irregularidades en las industrias que se instalan a lo largo y ancho de Chile. Incluso la misma CONAF, que supuestamente se encarga de regular la tala de bosques y el cuidado de tierras en nuestro país, está corrompida por el signo peso. Durante las fiestas patrias se siguieron talando bosques[5] a consciencia de esta organización, lo cual habla bastante sobre por qué Chile, en plena crisis medioambiental y de pérdida masiva de la biodiversidad, no quiere adherir a un tratado que tiene como único objetivo cuidar el planeta en que viven miles de seres vivos, no solo el humano.
Pensar que este país iba a ser sede de la COP 25 da cuenta del cinismo que hay en el gobierno. Sólo se iba a hacer eso por imagen y por demostrar que Chile supuestamente era “un oasis”. Pero claro, cuando realmente podemos hacer algo por el planeta (o al menos por América Latina), resulta que la economía está por el suelo y que es inconveniente, siendo que Chile desde un principio encabezó el tratado de Escazú. De seguro quienes están en el gobierno deben estar celebrando en sus cómodos asientos comiendo paté de jabalí[6] con su imprudente negativa ante pactos de esta magnitud.
Lamentablemente no se puede salir a la calle de manera masiva a manifestarse. Si no estuviéramos en pandemia mundial, podríamos protestar para exigir la participación de Chile, pero no. Aunque en estos momentos me pregunto ¿qué tanto vale quedarse en casa y “sobrevivir” si de todos modos se va a acabar el mundo si no nos movemos? Digo esto haciendo alusión a que sí, es inadecuado salir masivamente a una marcha por temas sanitarios, pero ¿de qué va a valer haber pasado la pandemia de coronavirus si la economía va a seguir interponiéndose ante la justicia de nuestro maravilloso planeta? Este preciso momento es crucial para salir, difundir y exigir justicia por aquello de lo que todes somos parte: la Tierra.
[0) BBC, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54263916 [1] “Resumen: qué es el tratado de Escazú”. https://www.porlaaccionclimatica.cl/wp-content/uploads/2019/09/Resumen-Acuerdo-de-Escazu%CC%81-1.pdf [2] “Gobierno sincera argumentos para no adherir a Escazú”. https://www.eldesconcierto.cl/2020/09/18/gobierno-sincera-argumentos-para-no-adherir-escazu/ [3] “La brutal realidad de Quintero y Puchuncaví”. https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2020/02/24/la-brutal-realidad-de-quintero-puchuncavi-medio-britanico-expone-el-abandono-de-sus-habitantes-en-una-de-la-ciudades-mas-contaminadas-del-mundo/ [4] “Quintero, estudiantes con problemas de salud por la contaminación”. https://www.cnnchile.com/pais/quintero-estudiantes-problemas-salud-contaminacion_20191016/ [5] “Denuncian que Conaf seguiría autorizando la tala de bosques nativos pese a la prohibición de la contraloría”. https://www.eldesconcierto.cl/2020/09/19/denuncian-que-conaf-seguiria-autorizando-la-tala-de-bosque-nativo-pese-a-prohibicion-de-contraloria/ [6] “Paté de jabalí, caviar y otros. Controversia por cotización de productos gourmet en La Moneda”. https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2020/06/23/pate-jabali-caviar-otros-controversia-cotizacion-productos-gourmet-la-moneda.shtml
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